POR QUÉ PENSAMOS ACTUALIZAR ALGUNOS ARTÍCULOS Y AÑADIR OTROS EN NUESTRAS ACTUALES ORDENANZAS.
Cuando entramos en la Junta permanente de la Cofradía en 1997 (a mí, me vinieron a proponer participar en la misma), nos encontramos con unas Ordenanzas aprobadas el 27.11.1987, refrendadas por el Obispo D. José María Larrauri Lafuente, que servían para un cometido de la Cofradía, casi rutinario de las actividades de la misma.
Desde el año 2000 venimos impulsando una Cofradía para el Siglo XXI, con propuestas abiertas a toda la sociedad vitoriana, siguiendo con las propias tradicionales. Ver memorias anuales.
Esto requirió la actualización y aprobación de unas nuevas Ordenanzas, aprobadas por el Obispo D. Miguel Asurmendi Aramendía el 10.07.2007.
Además de otros cambios, en concreto se añadieron en sus fines, la organización y celebración de congresos, etc., con otras Asociaciones y grupos que persigan fines similares, la promoción de publicaciones, exposiciones y demás actuaciones que posibiliten una mejor difusión del patrimonio religioso, artístico y cultural de la Cofradía, el mantenimiento del Museo de los Faroles, el fomento y promoción del patrimonio cultural inmaterial de nuestro pueblo en el que se incluyen las tradiciones y expresiones orales, así como los usos sociales y actos rituales y festivos relacionados con nuestra Patrona la Virgen Blanca.
Durante este periodo que estamos comentando, que denomino 75 = 50 + 25, como expresión de los 50 años que llevo de Cofrade y los 25 trabajando en la Cofradía, se han realizado múltiples celebraciones y eventos, trabajos organizativos y gestión patrimonial, y un etc., que brevemente queda citado en un resumen que se adjunta. De todo lo cual se puede apreciar, el proyecto y difusión llevado a cabo hasta la fecha. Medalla de oro de la Ciudad incluida.
Este ritmo y desarrollo de actividades de la Cofradía, ha requerido el trabajo de equipos cohesionados, que son los que lo han hecho posible.
Entre estos extraordinarios equipos de voluntarios, unos en la Junta Permanente, otros en actividades de custodia y conservación, atención de horarios en el Museo de los Faroles, mantenimiento preventivo de la colección del Rosario y el propio edificio, directores de publicaciones, organización de toda la documentación histórica y actual de la Cofradía, atención de recuerdos a disposición en el Museo o en la mesa de fiestas de la Virgen Blanca, etc.
Qué duda cabe, que la renovación de equipos, en el tiempo limitado de las actuales Ordenanzas, y sin este tiempo limitado, a nadie se le oculta que no es fácil. Pero gracias a Dios, que para eso está y creemos en la divina providencia, que siempre nos acompaña, se han ido cubriendo importantes y sentidas bajas, con nuevas e ilusionantes personas, que siguen entregando lo mejor de su entusiasmo y habilidades. Siempre con el lema libre de hacer lo que se pueda cuando se pueda, que siempre es mucho y bien.
Que el tiempo vuela, no es una idea, es una realidad que tocamos y vivimos cada día.
En las dos últimas Asambleas anuales, se nos ha recordado que las actuales Ordenanzas citan unos plazos de permanencia en los cargos, que no se están atendiendo, entre otras razones por las anteriormente comentadas, por lo que la Asamblea anual, soberana y responsable del buen hacer de la Cofradía, ha venido con su aprobación unánime y las dos últimas con amplia mayoría, renovando su confianza en los equipos de trabajo que la representan.
Pero también la actividad de la Cofradía, siguen creciendo en necesidades de colaboradores, y estos deben tener una presencia activa en la misma y ser reconocidos en nuestras Ordenanzas, así como puede haber en las mismas, nominaciones de tiempos antiguos, que no recogen debidamente las responsabilidades de los cometidos actuales, como la de mayordomo, por ejemplo.
Por todo ello, la última asamblea aprobó la creación de una Comisión que estudie, analice y proponga una actualización de Ordenanzas, que adecúe las mismas a una Cofradía ya en marcha por el siglo XXI, rodeada de una sociedad secularizada y que permita seguir desarrollando las muchas realidades de la Cofradía, con cofrades comprometidos, ilusionados y cohesionados.
En definitiva, el objetivo que nos marcó la última asamblea tiene que servir para reformar y modificar lo que se considere mejor, en las nuevas Ordenanzas, para seguir avanzando y no retroceder en la vida de una Cofradía abierta y dinámica, que sirva a toda la sociedad vitoriana sin perder la esencia de nuestros fundadores, aquellos benditos cereros de 1613.
Además esta revisión en concreto del Capítulo III de la organización y gobierno de la Cofradía debiera facilitar el avance en la participación de todos y todas los Cofrades en la misma, haciendo realidad que somos luces para la toda la Ciudad y la campaña Yo con mi Cofradía, Ni Kofradíarekin, sea recibida , percibida y acogida, por toda la sociedad a la que nos debemos, con humildad, trabajo, ilusión y dedicación.
Ricardo Sáez de Heredia Salazar. ABAD.