
Después del parón de la pandemia, la Capilla de nuestra Patrona la Virgen Blanca, se llenó de flores y música, pero sobre todo de ilusión, agradecimiento y recuerdos con los que nos han dejado.
Para la Cofradía de la Virgen Blanca, fue un honor recibir a los representantes y socios de las Casas Regionales de Álava, como Cofrades y amigos.
Nos manifestamos como colectivos abiertos y solidarios que queremos una sociedad que nos vea y nos oiga. Queremos ser referentes de encuentros de vivencias que faciliten nuestra convivencia.
Además dentro de los actos que seguimos celebrando el 125 aniversario del Rosario de Faroles en honor a nuestra Virgen Blanca, por lo que les agradecimos su presencia, que nos hace renovar la alegría que nos genera sus cantos, esta vez de la mano del Coro San Francisco Javier, del Hogar Navarro, que ante su Hornacina, estrenaron una jota preciosa, que en vísperas de San Fermín, resultó doblemente emotiva.